Casting para Ronald B. Weasley.

Años atrás, muchos años atrás, el pelirrojo se había parado frente a un espejo mágico en una sala perdida de Hogwarts. Se había visto a sí mismo siendo agasajado con premios y menciones, había visto a su madre sintiendo orgullo de él, a sus hermanos aplaudiéndolo por sus logros, y la imagen de su reflejo lo había hecho sentir tan bien que por mucho tiempo más había soñado con un futuro de gloria donde todo lo observado allí se cumplía para su propio deleite. Más tarde había comprendido que esos sueños eran imposibles, que seguía siendo el heredero de ropa vieja y libros gastados, que la luz de los ojos de su madre estaba en su hermana menor y no en él que era otro varón en una línea de cinco hermanos más, que incluso junto a su mejor amigo él no era más que la sombra que los otros veían tras el Elegido. Y había dejado de soñar imposibles al notar que la realidad no le favorecía. Pero el futuro le había deparado cosas mucho mejores que en todos esos sueños infantiles. Ahora era admirado por sus hazañas en la gran batalla de Hogwarts, mientras caminaba por los pasillos del Ministerio de Magia muchas manos se alzaban para saludarlo, jamás estaba solo pues varias personas buscaban su compañía, de vez en cuando alguien le pedía que contara una vez más cómo el séquito de Voldemort había sido derrotado por la Orden del Fénix y el Ejército de Dumbledore. Tenía lo que había deseado, pero había mucho más. Tenía a su esposa, su magnífica y brillante esposa. Tenía dos hijos a los que amaba y de los cuales se sentía en exceso orgulloso. Tenía una familia maravillosa que se extendía gracias a sus hermanos y amigos.
Su vida era de ensueño, pensó Ronald, mientras sonreía y abría los ojos para dar paso a la mañana. Era mejor que el sentir el viento al volar sobre una escoba, y más deliciosa que la embriaguez que el Whisky de Fuego podía causarle. La noche lo había hecho regresar a ese espejo de Hogwarts y comprender que su presente era mejor, que tenía una vida que ni siquiera su imaginación había podido formular en los años de la infancia. Se movió con cuidado en la cama para no despertar a Hermione y se volteó para observarla dormir, notando como su pecho apenas se levantaba a cada respiración, viendo en ella los rasgos que sus hijos habían heredado. Tal vez él no había sido conocido por haber vencido a un mago tenebroso siendo un bebé, tal vez no había sido del todo respetado en Hogwarts pues no tenía un gran apellido o bóvedas subterráneas llenas de dinero, pero Ronald Weasley debía ser envidiado en su presente, pues él tenía una vida que ni todo el dinero del mundo podía comprar.

CASTING ACEPTADO