Astoria L. Malfoy | Casting

Estaba la castaña frunciendo el ceño frente aquel espejo que tenía en su baño, estaba sumamente agotada y no podía creer que su propio esposo la haya dejado sola para desayunar con sus suegros. Él sabía perfectamente bien lo que sentía cuando tenía a su suegro enfrente no es que odiara a Lucius pero tenerlo cerca la hacía estremecerse y titubear que hasta nerviosa se llegaba a poner por si cometía un error. Astoria no podía soportar ese tipo de presión en ella, bastante sufrió después de la guerra para que tuviera que tener la una octava guerra mundial cada vez que veía al Señor Malfoy. Al cepillarse el cabello supo que cuando tuviera a Draco en la cara le haría saber lo disgustada que estaba. Era sábado y eso en cierta forma la hacía sentirse contenta y aliviada de que iba a tener a su esposo en casa para poder pasar el rato.


Se miró más de tres veces en aquel espejo y agarro su collar de perlas que le iba con el conjunto que traía puesto. Extraño estos tres días que su esposo estuvo fuera, por trabajo y justo hoy llegaba. Cerro tras de ella la puerta de su habitación y suspiro pesadamente al sentirse sola en la mansión, no tenía a Scorp como antes queriendo jugar con ella o por lo menos pasar un rato con su único hijo. La sonrisa se hizo notar en la cara de la señora Malfoy al recordar esos tiempos pero se vio interrumpida al escuchar la voz de Draco, lo cual inmediatamente bajo corriendo para recibirlo con los brazos abiertos, o eso pensaba él. —¡Malfoy!— grito la señora Malfoy, algo no normal para los ojos de los que nunca presenciaban esos actos que solía tener la mujer cunado no veía a su esposo unos días y más cuando pasaba lo que paso el día anterior con su suegro.


—¿Cómo te atreves a aceptar que vengan a desayunar tus padres sin ti?—  le cuestiono cuando lo tenía ya enfrente y veía la sonrisa divertida y cansina de su esposo después de una buena jornada de trabajo. —No, no me vengas con chantajes, Malfoy. Hablo enserio tú mismo sabes cómo me pone tu padre cuando me dejan sola con él.—  le señalo con el dedo para luego golpearle suavemente el hombro y ver que tiraba algo al suelo para sentir sus brazos alrededor de ella, a veces solía ser así pero otras era otro hombre. —Eres un…— comenzó a hablar pero los labios del mismísimo Draco estaban besando los de ella para que se callara, a veces Astoria solía ser muy habladora cuando se enojaba y nadie sabía cómo callarla más que su esposo.

CASTING ACEPTADO